Operadores Urbanos: una apuesta para la gestión eficiente de proyectos

En el contexto de un mundo en constante transformación, el modelo de gestión centralizado en materia de planeamiento urbanístico se enfrenta a desafíos que afectan su eficacia y eficiencia, lo que ha suscitado una mirada crítica hacia los métodos tradicionales de planificación de arriba-abajo, los cuales pueden quedar rezagados en la tarea de abordar y resolver las problemáticas urbanas contemporáneas. En respuesta, emerge una nueva perspectiva en la gobernanza urbana, en la que el papel de la administración pública se redefine como el de un coordinador y líder en un entorno caracterizado por la autonomía e interdependencia de múltiples actores. Es en este marco, donde surge la figura de los "operadores urbanos".

Si bien no existe una definición nacional para el término "operador urbano", este concepto toma forma como un instrumento de gestión capaz de ejecutar acciones urbanas integrales y articular las iniciativas sectoriales con los objetivos de ordenamiento territorial (artículo 6º, Ley 388 de 1997).

Los operadores urbanos, en esencia, actúan como facilitadores de la planificación, gestión y desarrollo del territorio. Su misión fundamental es coordinar la implementación de proyectos que fomenten el mejoramiento de infraestructuras y de la vida urbana. Estos proyectos pueden abarcar un amplio espectro, desde la construcción de viviendas hasta la implementación de sistemas de transporte público. Ejemplos de esta modalidad de acción pueden encontrarse en la configuración legal y funcional de entidades como el Patrimonio Autónomo Fideicomiso Lagos de Torca, la EDU en Medellín o EDUBAR y Puerta de Oro Empresa de Desarrollo Caribe S.A.S., en Barranquilla.

En el caso particular de Bogotá, la estrategia de operadores urbanos ha sido definida en el artículo 582 del Plan de Ordenamiento Territorial. En virtud de lo anterior, el Decreto 593 de 2022 nombra a la Empresa de Renovación y Desarrollo Urbano de Bogotá – RENOBO–, como el operador urbano de las actuaciones estratégicas "Zona Industrial de Bogotá ZIBO", "Pieza Reencuentro", "Calle 72", entre otras.

Adicionalmente, surge en la capital la perspectiva de la Empresa Metro de Bogotá S.A. como una entidad de especial relevancia en este panorama. En calidad de gestor del sistema de metro de la ciudad, esta entidad adquiere un papel potencial como operador urbano para las áreas de influencia del metro. Su objetivo institucional de liderar proyectos urbanísticos y de mejora del espacio público, a través de instrumentos como los Proyectos de Renovación para la Movilidad Sostenible (artículo 164, D. 555 de 2021), genera posibles asociaciones fructíferas con actores privados y comunidades locales para potenciar la redensificación de estas zonas.

Sin embargo, en medio de este panorama alentador, subsisten desafíos tanto de carácter jurídico como práctico. La falta de claridad en la coordinación de roles y responsabilidades entre los operadores urbanos y otros actores podría dar lugar a conflictos y dificultar la toma de decisiones. Además, la coordinación entre diversas entidades públicas y privadas, junto con la participación ciudadana, puede presentar dificultades operativas. En este ámbito, la regulación distrital debe mantenerse adaptable y ágil, capaz de seguir el ritmo de evolución de las ciudades y sus demandas cambiantes. Los operadores urbanos enfrentan el reto de integrar en su enfoque la inclusión social y la disponibilidad de suelos, lo que implica estrategias y prácticas ajustadas a los casos concretos. El futuro de los proyectos depende en gran medida de cómo se enfrenten estos desafíos.